El consolador que compre por internet

Esa tarde estaba en mi trabajo y recibí un mensaje en el celular, era de mi esposo, me decía: “¿que te parece si compramos un pene de goma?” Eso me dejo sin palabras y con pensamientos confundidos no sabía que decir, pues como si hubiera leído mi mente, es algo que lo deseaba desde que era una adolescente, incluso me gustaba ver videos porno de chicas usando juguetes, pero jamás se lo había contado a nadie, en esa época, después que perdí la virginidad, utilizaba un desodorante con el fin de sentirme penetrada. Rápidamente le respondí, uyyy que rico la vamos a pasar muy bien, hasta allí quedo el tema del consolador, pasaron como dos semanas y recibo una llamada de mi esposo. “Amor llego el consolador que compre por internet…”

Me quede fría pues jamás pese que él iba a comprarlo, siempre pensé que solo había sido para ver mi reacción. ¿De verdad? Le pregunte… ¡Claro! Aquí lo tengo y voy rumbo a la casa allá te espero… Termine mi labor y rápidamente me dirigí a mi casa, tome un taxi para llegar más rápido. La idea del juguete sexual me tenía loca, húmeda con los pezones erectos de la excitación. Pero no quería demostrarle eso a mi esposo, por el estúpido pensamiento de “QUE PENSARA DE MI” pues llegue a la casa como si nada (muy excitada) nos pusimos a conversar, ya era de noche y él se metió a bañar mientras yo terminaba de arreglar algunas cosas, di unas vueltas por la casa para ver si lograba ver el juguete, pero nada quizá era mentira que lo tenía, el termino de ducharse, y entre yo al baño me bañe, me rasure y salí, me vestí con un bikini blanco y mi bata de dormir y me acosté a su lado, conversamos un poco y me empezó a besa y a acariciarme. Tenía mis pezones duros de la excitación, mi ropa íntima muy húmeda.

En ese preludio estuvimos como 15 minutos, hasta que el quito mi bikini y mi bata, empezó a lamer mis senos, y acariciar mi vagina húmeda. Yo acariciaba su pene, grande, erecto, parecía un tizón de lo caliente que lo tenía. De pronto me dijo al oído en voz muy baja y suave: “tengo tu regalo” y metió su mano debajo de su almohada, y saco el tan ansiado consolador, estaba la habitación a media luz y podía ver el gran tamaño que tenía el juguetito. Mi excitación subió mucho más al ver como saco un condón y se lo puso, siempre me ha excitado ver como él se pone el condón.

Comenzó a pasar el juguete sobre mi vientre y lo fue bajando hasta que lo colocó sobre mi clítoris, estaba tan húmeda que literalmente el consolador parecía un patín recorriendo mi vulva húmeda y arrancándome gemidos de placer. En ese momento se conjugaban varios factores que incrementaban mi excitación. Como comente en otro relato, mi hombre es muy velludo, entonces el acostado a mi lado pegado de mi cuerpo, sintiendo su vellosidad en todo mi cuerpo, sentir su pene completamente erecto en mi muslo moviéndose deliciosamente y su voz en mi oído diciéndome mil cosas todo eso me tenía derretida. Mientras el continuaba con aquel juego sexual, yo con voz entrecortada, casi sin fuerzas y desesperada le pedí “METELO”.

Debo confesar que jamás me había sentido así de desesperada por ser penetrada y mucho menos pedir que me lo hiciera. Para mi marido también era algo nuevo, él lo estaba disfrutando, se colocó sobre sus rodillas para poder observar bien lo que iba a ocurrir. Comenzó a penetrarme con el juguete, inmediatamente empezó a gemir, a respirar más rápido, el tomo mi mano y la puso sobre su pene, estaba duro, erecto, palpitaba, él se agacho y mientras penetraba mi cuerpo y mi mano acaricia su pene me chupa el clítoris, aquello era demasiado para mi estaba a punto de estallar. Casi por un arco reflejo, agarre con mi mano el consolador y tome su control, no sé qué me paso pero estaba penetrándome yo sola con el juguete mientras mi esposo estaba en primera fila disfrutando del espectáculo. Yo no sabía ni lo que hacía, en ese momento mi cuerpo era puro placer. Yo tenía los ojos cerrados sintiendo todo el placer que reciba de mi nuevo amante, de vez en cuando abría los ojos y miraba a mi esposo como se masturbaba mientras yo me penetraba sola. Se acercó de rodillas hasta mi cara y sentí como posada la cabeza de su pene en mis labios los cuales abrí para autorizarlo a entrar la era una experiencia totalmente nueva para mi tener mi vagina y mi boca ocupadas por dos penes, me sentía tan rara y a la vez todo eso era tan delicioso.

Imagino que debe ser lo mismo que hacer el amor con dos hombres al mismo tiempo, de pronto el placer fue tan intenso por esa misma situación que sentía como iba a explotar desde adentro y con su pene en mi boca empecé a gemir y a tratar de gritar, estaba experimentando un delicioso orgasmo y eso causó que mi esposo se corriera en mi boca….

¡Esa noche fue muy especial!

  1. Jack dice:

    Me encantó la historia.. que rico momento..!

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